mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
"...me encontré jugando en la plaza, con el ser que nunca fui..."
que hago yo ahora...donde pongo lo amado,
yo creía en tu vuelo, a mi lado , certero,
Es nuestra visión.
Quién más puede comprender lo que esa tarde vimos, oimos, tocamos, soñamos...
Quién más?
Aparentemente un tren que va o viene silbando, una vieja estación con un par de locos viajantes, algo de barro, algo de cielo.
Solo nosotros sabemos hacia dónde se dirigía el tren, desde dónde lo vigilábamos, si el barro era barro o brea, si las personas estaban locas o cuerdas, si nuestro corazón galopaba para alcanzar el cielo.
Myriam Mattioda