miércoles, abril 25, 2007


Laberinto


No habrá nunca una puerta.
Estás adentro

Y el alcázar abarca el universo

Y no tiene ni anverso ni reverso

Ni externo muro ni secreto centro.

No esperes que el rigor de tu camino

Que tercamente se bifurca en otro,

Que tercamente se bifurca en otro,

Tendrá fin. Es de hierro tu destino

Como tu juez.

No aguardes la embestida

Del toro que es un hombre y cuya extraña

Forma plural da horror a la maraña

De interminable piedra entretejida.

No existe. Nada esperes.

Ni siquiera

En el negro crepúsculo la fiera.


Jorge Luis Borges
(De «Elogio de la sombra»)

3 comentarios:

Gaby del Río dijo...

Bueno, nada más que un laberinto, un texto muy bien escogido, de alguna forma viene a caerme muy bien en éste momento.
Muchas gracias por la invitación y por visitar mi blog.
volveré.
Saludos!!!

myriam dijo...

Gabi, gracias por tu comentario y por dedicar un ratito de tu tiempo en este blog.
A veces los laberintos son necesarios para valorar la libertad y el horizonte.
Besos

Gaby del Río dijo...

Tienes toda la razón myriam, eso es cierto, aprendes a valorar la mayoría de las cosas que tienes, pero sobre todo lo que eres.
Y no tienes nada que agradecer, es un honor.
Un beso
:)