Laberinto
Estás adentro
Y el alcázar abarca el universo
Y no tiene ni anverso ni reverso
Ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino
Como tu juez.
No aguardes la embestida
Del toro que es un hombre y cuya extraña
Forma plural da horror a la maraña
De interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes.
Ni siquiera
En el negro crepúsculo la fiera.
Jorge Luis Borges
(De «Elogio de la sombra»)
(De «Elogio de la sombra»)
3 comentarios:
Bueno, nada más que un laberinto, un texto muy bien escogido, de alguna forma viene a caerme muy bien en éste momento.
Muchas gracias por la invitación y por visitar mi blog.
volveré.
Saludos!!!
Gabi, gracias por tu comentario y por dedicar un ratito de tu tiempo en este blog.
A veces los laberintos son necesarios para valorar la libertad y el horizonte.
Besos
Tienes toda la razón myriam, eso es cierto, aprendes a valorar la mayoría de las cosas que tienes, pero sobre todo lo que eres.
Y no tienes nada que agradecer, es un honor.
Un beso
:)
Publicar un comentario